Programas de impulso económico gubernamentales están bloqueados por los diputados

El Presidente de la República, Nayib Bukele, hizo la promesa de levantar la economía cuando se implementaron las medidas preventivas ante la pandemia del COVID-19 y así lo cumplió: las empresas autorizadas para exportar fueron atendidas con agilidad y eficiencia, se distribuyó un bono para los hogares, se flexibilizaron normas –de manera temporal– para que los bancos aprueben más créditos, se gestionaron fondos para el agro y se diseñó el Fideicomiso para la Recuperación Económica de las Empresas Salvadoreñas (FIREMPRESA), hasta por $600 millones, dirigido a las mipymes.

Sobre las últimas dos medidas, el marco legal indica que los funcionarios deben acudir primero a la Asamblea Legislativa para que se autorice la utilización de los fondos que se han gestionado. Aunque el Gabinete del Presidente Bukele actuó con celeridad y envió las solicitudes entre marzo y mayo, los diputados han puesto cualquier obstáculo para no dar las autorizaciones. Por este motivo, las actividades de estímulo económico están con retraso en su implementación por culpa de los diputados; en particular, los que representan al bloque cohesionado de ARENA, FMLN y Rodolfo Parker.

El proyecto de ley para FIREMPRESA lo envió el Ejecutivo para aprobación en la segunda quincena de abril. Desde su diseño incluía tres componentes idóneos para respaldar a las mipymes: acceso a liquidez, protección del empleo y condiciones favorables de pago. Sin embargo, los diputados hicieron caso omiso de la urgencia de contar con este instrumento financiero y se tomaron más de dos meses para aprobar la constitución del fideicomiso.

En junio, el Gobierno envió los paquetes de préstamos que iban a permitir comenzar a las operaciones del fideicomiso y para poner en marcha otros programas destinados al agro. Los fondos provenían de los préstamos que otorgó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a El Salvador, de la colocación de bonos en el mercado internacional y de otros paquetes que se podían conseguir en un corto plazo.

Durante ese período, entre junio y agosto, los diputados propiciaron que el país perdiera uno de los préstamos del BID, de tanto tiempo que pasaron sin llevarlo a votación. Pronto se pudo recuperar por el trabajo de intermediación que hizo el titular del Ministerio de Hacienda, Alejandro Zelaya.

No obstante, los diputados del bloque conformado por ARENA, FMLN y Rodolfo Parker continuaron postergando la votación de los fondos del fideicomiso de manera sistemática. Cuando se quedaron sin más argumentos, comenzaron a formar comisiones legislativas nuevas que duplicaban las funciones de las que ya existen.

Al mismo tiempo, el Banco de Desarrollo de El Salvador (BANDESAL), que administrará el fideicomiso, se dedicó a preparar toda la infraestructura y un centro de llamadas para que, una vez listos los fondos, ya se podían comenzar a otorgar los créditos.

ANEP, la Cámara de Comercio e Industria, la Asociación Salvadoreña de Industriales, COEXPORT, Unión Mipymes, los viveristas, cafetaleros y empresarios a título personal han hecho llamados públicos a los diputados para que aprueben los fondos del fideicomiso, pero ninguno de los legisladores ha tomado en serio el sentido de urgencia que tienen los empresarios y los productores del sector agropecuario.

El Ejecutivo ha dado todos los pasos requeridos con puntualidad y precisión para impulsar la economía. El Presidente Bukele cumplió su promesa y el Gabinete está listo para ejecutar las acciones que se han diseñado. Los diputados no pueden esconder que son los responsables del retraso en la agilización de fondos y que han entorpecido el acceso a financiamiento para miles de productores agrícolas y para las mipymes, que generan más del 60 % de los empleos en el país. Aun así, el Gobierno del Presidente Bukele seguirá buscando los recursos disponibles para seguir atendiendo a la población en estos tiempos desafiantes.