Asamblea Legislativa sigue desvinculada de realidad de la pandemia y tiene congelado el Régimen de Excepción

En pleno pico de contagio de COVID-19 y ante el aumento de casos y muertes por la pandemia que ha golpeado a todos los sistemas sanitarios del mundo, la Asamblea Legislativa continúa desvinculada de la realidad que vive el país, sin dar ni un instrumento legal al Gobierno del Presidente Nayib Bukele y no mostrar interés, en la Comisión Política, de discutir el Régimen de Excepción o una Ley de Emergencia.

El Órgano Ejecutivo cumplió al enviar, el pasado 24 de junio, sus propuestas, según mandato de la Sala de lo Constitucional, pero esta sigue relegada porque los diputados han optado por dar toda su prioridad al proceso de elección de los magistrados de la Corte de Cuentas de la República (CCR), y siguen en silencio mientras que, en la calle y en los hospitales, los contagios y muertes por COVID-19 continúan.

Esto demuestra que el problema no es visto como Estado y que, en un afán más político-electoral que de defensa de la vida, los diputados continúan con una postura sesgada y que pone en riesgo la lucha que está haciendo el Gobierno del Presidente Bukele, a través del Ministerio de Salud, para vencer la pandemia.

Al Gobierno de El Salvador también le llama la atención el silencio de sectores como la gran empresa que, luego del anuncio de suspensión de la fase 2 del Plan de Reapertura Económica, se han retraído, dada la gravedad de la enfermedad que, hasta ayer, registra 15,035 casos y 408 fallecidos en todo el país.

Hay que recordar que, según el calendario de trabajo “normal” de los diputados de la Asamblea Legislativa, la última sesión plenaria ordinaria antes del período de vacaciones agostinas se celebrará este miércoles 28. Por ello, según el escenario político actual, no se vislumbra un interés real de los legisladores por normar ante esta situación sanitaria.

Desde el Gobierno se vuelve a hacer un llamado a la reflexión y una exhortación a todas las fuerzas políticas y a los diputados a que prioricen la defensa de la vida y la salud y no los intereses de cúpulas, que están viendo la realidad del COVID-19 como algo con fines electorales.