Centros Penales logra, a través de la estrategia de seguridad del Gobierno, convertir las cárceles en espacios de corrección y rehabilitación para los reos
Por décadas, los centros penales sirvieron como los sitios de operaciones desde donde los reos ordenaban la ejecución de delitos como homicidios, extorsiones, robos de vehículos, entre otros. Las órdenes eran dadas a través de llamadas telefónicas o mensajes.
Con la implementación del Plan Control Territorial impulsado por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele, esa situación quedó en el pasado. El Mandatario ordenó bloquear la señal telefónica en todos los centros penitenciarios como parte de las acciones de la estrategia de seguridad en el combate a la delincuencia.
Desde el inicio de la gestión del Presidente Bukele es efectuado un trabajo articulado entre la Dirección General de Centros Penales y la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET), para cortar y luego mantener un monitoreo constante para verificar que se mantenga el bloqueo de la señal de telecomunicación en todas las cárceles.
Durante los gobiernos anteriores, los informes de Inteligencia Policial revelaban que mensualmente ingresaban a las cárceles entre $700,000 a $800,000 mensuales procedentes del pago de la extorsión por parte de los comerciantes y transportistas que se convertían en víctimas de pandillas.
Eso significaba el ingreso de $8.4 millones anuales, cantidad que supera los presupuestos asignados a algunas carteras de Estado, que promueven el beneficio de la población salvadoreña. “Hoy, podemos destacar fuertemente que existe un bloqueo irrestricto de la señal en los penales; y son verdaderos centros de corrección con una condena efectiva, con todo este apoyo de la Policía y la Fuerza Armada”, detalló el director de Centros Penales, Osiris Luna.
Con la implementación de la estrategia de seguridad, la PNC reporta la reducción de un 50 % del delito de extorsión durante en comparación con los años anteriores. Mientras que los homicidios bajaron en un 80 %.
Además de esa estrategia, las autoridades penitenciarias pusieron en marcha el Plan Cero Ocio, con el cual se ha logrado convertir los centros penales en espacios de corrección y rehabilitación para los privados de libertad.