El sistema hospitalario público de El Salvador está fortalecido y con disponibilidad para pacientes COVID-19 

El Salvador cuenta con un sistema hospitalario público robusto y con la capacidad de atender la actual demanda de pacientes COVID-19. El Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha hecho una millonaria inversión en la compra de equipos médicos de última generación, mejoramiento de las instalaciones, se ha surtido con medicamentos y se ha apostado a la contratación de más personal.

El sistema fue preparado para resistir el embate de la pandemia de COVID-19 y después de un año y ocho meses, batallando contra el virus, puede confirmarse que se ha cumplido con las expectativas de salvaguardar la vida de la mayoría de la población.

Solo en el Hospital El Salvador se tiene la capacidad para más de mil camas, entre cuidados intermedios y unidades de cuidados intensivos, además de otras mil camas que pueden estar a disposición en los hospitales periféricos.

Todos los hospitales fueron acondicionados para la atención de pacientes COVID-19. Sin embargo, una vez que fue abierto por completo el Hospital El Salvador, se han concentrado las atenciones en éste, para dejar espacio a otro tipo de emergencias en los demás hospitales.

Si fuera necesario habilitar más espacios para la atención de pacientes COVID-19 en los hospitales periféricos, se hace de inmediato porque se cuenta con toda la logística ya instalada y el personal idóneo para trabajar en esas áreas especializadas.

El ministro de Salud, Francisco Alabi, sostiene que todo el sistema hospitalario fue reforzado y que en este momento no ven la necesidad de habilitar las áreas en los demás centros hospitalarios.

El pasado 4 de agosto fueron detectados 291 nuevos contagios con el virus; el incremento puede estar vinculado al ingreso y circulación de cuatro nuevas variantes del virus, consideradas altamente contagiosas. Aunque no hay suficiente evidencia científica para confirmar.

La población debe redoblar la aplicación de las medidas de prevención para evitar el contagio. Tres de las principales acciones son: El uso de la mascarilla, evitar las aglomeraciones y, por supuesto, la aplicación de la vacuna.