En El Salvador se ha logrado una reducción importante de las letalidades por COVID-19
En lo que va de este mes, las autoridades del Ministerio de Salud registran una baja en el número de personas que fallecen por causa de COVID-19, el promedio es de entre tres y cuatro por día. Esta disminución es el resultado de todas las estrategias de prevención y reacción de la pandemia que el Gobierno del Presidente Nayib Bukele desarrolla.
En el primer trimestre del año la cifra de muertes diarias por causa de COVID-19 fue de entre 5 y 9, esa situación cambió desde abril, tendiendo a la baja.
Todo el trabajo estratégico que los equipos del Gobierno han desarrollado desde el inicio de la crisis sanitaria ha sido acertado, y ahora se ven más resultados positivos al evitar que los casos de contagio lleguen a complicarse.
El ministro de Salud, Francisco Alabi, afirma que la población tiene un mejor estado de consciencia con respecto al tema de la protección personal; los salvadoreños han tomado muy en serio las medidas preventivas, desde lo más básico como el uso de la mascarilla, hasta extremar la protección utilizando otros mecanismos de defensa para evitar el contagio.
En el plano regional El Salvador mantiene la menor cantidad de muertos por COVID-19, hasta la fecha son contabilizados 2,082, en Costa Rica reportan 3,099, Honduras 4,963, Panamá 6,189 y Guatemala es el más afectado registrando 7,279 decesos.
El ministro de Salud afirma que a pesar de las condiciones críticas por las que están pasando los países vecinos, en El Salvador se tiene el control en el número de contagios de entre 130 y 174 por día, lo cual es manejable dentro de la red pública hospitalaria.
En el sistema de salud del país se encuentran a este día ingresados 60 pacientes en estado crítico y 145 graves, todos son atendidos con los equipos adecuados y con el staff de profesionales médicos y personal de apoyo con mucha capacidad.
Las acciones sanitarias de prevención de parte del Gobierno se mantendrán por tiempo indefinido hasta que el virus deje de ser una amenaza. La esperanza está fincada en poder concluir este mismo año con la vacunación anti-COVID-19 para proteger a la población y evitar que continúen falleciendo a causa de esta enfermedad.