Presidente Nayib Bukele afirma que la baja sostenida de los homicidios se demuestra con hechos y no solo con palabras

Cada día, El Salvador se consolida como uno de los países en el que las elevadas cifras de homicidios quedaron en el pasado. El Gobierno del Presidente Nayib Bukele suma 201 días sin registrar asesinatos en lo que va de su gestión, de los cuales, 101 corresponden al régimen de excepción y 12 a septiembre.

“Cero homicidios. Las palabras deben ir acompañadas de resultados. Seguimos en esta guerra contra las pandillas”, destacó el Presidente Bukele, al resaltar que el miércoles 21 de septiembre no se cometieron asesinatos.

La apuesta del Jefe de Estado de sacar a El Salvador de la lista de los países más violentos del mundo ha sido lograda gracias a la consolidada y exitosa estrategia de seguridad que se enmarca en el Plan Control Territorial y el régimen de excepción.

Los resultados han sido de tal éxito, que muchos países latinoamericanos buscan adoptar dicha estrategia de seguridad.

El Presidente Nayib Bukele ha dejado claro que, aunque hay grandes temas de país muy importantes que ha desarrollado con éxito como es el turismo, la inversión y la infraestructura, proteger la vida de los salvadoreños es lo más importante, por lo que fortalece el combate frontal contra la delincuencia, especialmente contra las pandillas terroristas.

La guerra contra estos grupos criminales ha logrado sacar de las calles a más de 53 mil pandilleros, además ha asestado fuertes golpes a sus finanzas y logística, lo que ha devuelto la seguridad y tranquilidad a las comunidades que por décadas estuvieron a merced de estos grupos criminales.

“Miércoles 21 de septiembre: cero asesinatos reportados en El Salvador. Gracias a las estrategias de seguridad implementadas por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele nuestro país culminó un día más sin homicidios”, destacó el director de Centros Penales, Osiris Luna.

El Gobierno del Presidente Bukele se alista a poner en funcionamiento un nuevo Centro de Confinamiento del Terrorismo para recluir a los pandilleros, lejos de las comunidades.