Gobierno mantiene los esfuerzos para garantizar a la población el acceso a alimentos

La protección social y el apoyo al sector agropecuario son las dos principales líneas del trabajo del Gobierno del Presidente Nayib Bukele para tener seguridad en la provisión de alimentos para los salvadoreños.

En mayo de 2020, el Gobierno inició la entrega de paquetes alimentarios a escala nacional, para llevar alivio a los hogares afectados de la pandemia de COVID-19. En casi un año, se ha entregado alrededor de 10 millones de estos paquetes, en las diferentes presentaciones en las que se han preparado.

“Millones de familias tienen garantizada su seguridad alimentaria gracias a la entrega de los paquetes alimentarios y el esfuerzo interinstitucional de todo un Gobierno comprometido con cada salvadoreño. Es la enseñanza del Presidente Nayib Bukele y así seguiremos haciéndolo”, dijo el titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), David Martínez.

Desde inicios de 2021, el Presidente Bukele ordenó continuar con la distribución de estos insumos e incrementar la cantidad diaria. Las instituciones trabajan coordinadas para cumplir con la entrega casa por casa, con el apoyo continuo de la Fuerza Armada.

También hay acciones encaminadas a tener un efecto más duradero. El Plan Maestro de Rescate Agropecuario tiene tres ejes y uno de ellos es la soberanía alimentaria, es decir, lograr que la producción local cubra el mayor porcentaje de consumo interno.

Dentro de las acciones diseñadas en esa vía está el fideicomiso de $635 millones para dar estímulos a los diferentes sectores. Con estos fondos, los productores accederán a tecnología de alto nivel, asistencia técnica y créditos blandos.
Además, gracias a las medidas de prevención del Ejecutivo, este período de cosecha cerrará con un récord de 25 millones de quintales de granos básicos.

Estas estrategias protegen a la gran mayoría de la población de una situación grave. Si bien hay grupos detractores que buscan desinformar para causarle daño al Gobierno, los resultados son evidentes: la Organización de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés), consignó que “los efectos económicos de la crisis sanitaria de COVID-19 han sido contrarrestados por la ayuda humanitaria estatal y cooperación externa entre abril y junio 2020, evitando una mayor severidad de inseguridad alimentaria aguda en este período”.

Hay desafíos pendientes de superar en esta materia, pero el riesgo de hambruna está descartado. El Gobierno sigue trabajando para mejorar las condiciones de vida de los hogares y encaminarlos hacia un mejor futuro.