Con el Plan Control Territorial se ha evitado el acoso de las pandillas hacia los estudiantes

La educación se ha visto fortalecida con la ejecución del régimen de excepción impulsado por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele, en vigor desde el 27 de marzo, lo que ha permitido la captura de más de 59,000 pandilleros que se encontraban enquistados en las comunidades y colonias del país, lo que afectaba el tránsito de estudiantes de un lugar a otro para seguir sus estudios.

 

Los niveles de seguridad que el país alcanza han devuelto la tranquilidad y la confianza de los padres de familia a matricular o enviar al centro escolar o colegio de su conveniencia, sin temor a que sus hijos sean víctima del asedio y asesinato de grupos de pandillas.

 

“Ahora la población tiene la oportunidad de elegir el territorio para ir a estudiar, el padre de familia puede hasta enviar a sus hijos a colegios que en el pasado se hallaban en zonas difíciles; los muchachos ahora se pueden movilizar con mayor libertad, y ya no tienen el problema que teníamos, de que no podían pasar de la colonia de residencia a otra”, afirmó Javier Hernández, presidente de la Asociación de Colegios Privados de El Salvador.

 

Eso ha beneficiado la educación al captar más matrícula, más estudiantes y eso da lugar a un mejor desarrollo de la educación salvadoreña al tener mayor accesibilidad.

 

Hernández afirmó que la mayor posibilidad de acceder a diversos centros educativos mejorará la cobertura educativa y de esa manera, evitar las brechas en la educación inicial. En el pasado no muy lejano, varios estudiantes fueron asesinados a manos de las pandillas, cuando iban o regresaban de estudiar.

 

El Salvador era el país más violento del mundo y ahora el más seguro de América Latina. En una red social, un joven estudiante recordó cómo los pandilleros estuvieron a punto de matarlo en el 2013, cuando por error el microbús lo llevó a otra colonia donde no residía.

 

Los grupos de pandillas en las colonias y comunidades asesinaban y extorsionaban a los residentes, a los distribuidores de mercadería y transporte público; además traficaban con droga, desaparecían a las personas y creado gran inestabilidad en los salvadoreños.