Diputados buscan frenar el trabajo de la Fuerza Armada, quien goza de altos niveles de confianza por su trabajo en bien de la población

A los diputados de oposición no les ha gustado que la Fuerza Armada cumpla un nuevo rol que no tenía en el pasado, que es de apoyar a la población en diversas áreas. A diferencia de otras épocas, se ha convertido en una institución que ahora lleva alimentos hasta la puerta de la casa de los salvadoreños que lo necesitan y que los respalda durante desastres naturales, con lo que demuestra su entrega y compromiso de trabajo en favor de la sociedad.

Sin embargo, el bloque de oposición en la Asamblea Legislativa está buscando por todos los medios frenar esa nueva mística de trabajo que ahora demuestran los uniformados, por medio de una ley para contener la pandemia donde los excluye de ese apoyo fundamental hacia la población con la entrega de paquetes alimentarios.

Mientras los diputados buscan minar las competencias de la Fuerza Armada, diversas encuestas están demostrando que esa institución es de las que más goza de la confianza de los salvadoreños, solo por debajo del Presidente Nayib Bukele y el Gobierno de la República.

La Fuerza Armada, además, ha sido pilar fundamental para proteger sembradillos, patrullar en zonas de vulnerabilidad social, entre ellas los puntos ciegos fronterizos para controlar el ingreso irregular de personas y el tráfico de drogas y otros productos, todo ello en el marco constitucional.

Es más, la institución fue un importante soporte en la construcción del Hospital El Salvador, referente regional en la atención de primer nivel del COVID-19. Además, un contingente de más de 2,000 soldados trabajó en las labores del control de la plaga de langosta que amenazó los cultivos en el occidente del país.

Ante esto, la oposición sigue infructuosamente con su intento de hacer ver a la institución armada como un brazo opresor, argumento que es derrotado por las acciones que la Fuerza Armada está desarrollando en beneficio de todos los salvadoreños, hasta en el último rincón del país.