El Gobierno promueve seguir utilizando la mascarilla para evitar un repunte de los casos de COVID-19
Los salvadoreños deben continuar utilizando la mascarilla para evitar la propagación de COVID-19, a pesar del descenso en los casos de contagio que se registra en las últimas semanas. El Gobierno no baja la guardia con las acciones de prevención y hace el llamado a la población de seguir aplicando los protocolos de bioseguridad.
Está demostrado que países que relajaron las medidas de prevención y donde los ciudadanos se confiaron y salieron a la calle con la boca descubierta, los contagios empezaron a incrementarse; crearon segundas y hasta terceras olas de la enfermedad en algunos sectores.
Una acción tan sencilla como el uso de la mascarilla hace una enorme diferencia por los repuntes de la infección. Países de Europa donde los ciudadanos dejaron de usar mascarilla, ahora se están viendo en problemas para controlar los contagios y no han tenido otra alternativa que regresar al confinamiento domiciliar, limitando la movilidad de las personas en las calles.
El ministro de Salud, Francisco Alabi, afirmó que la mascarilla es un método de barrera efectivo contra el virus y el hecho de salir a la calle utilizando el tapaboca limita los contagios.
“En otros países hay crecimiento de casos, y nosotros hemos venido insistiendo con el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad; acá tenemos el uso de la mascarilla permanente, hay otros países donde la dejaron de usar”, expresó el funcionario.
A pocos días del periodo de vacaciones por la Semana Santa (28 de marzo al 3 de abril), el Gobierno recomienda no asistir a lugares donde haya aglomeraciones en vista a que aumenta el riesgo de adquirir el virus.
Si bien El Salvador reporta los índices más bajos de la pandemia en la región; los casos de contagio están en disminución; ha bajado la demanda en la consulta por síntomas similares a los de la enfermedad; entre otros, los salvadoreños no pueden confiarse y continuar la vida como si el virus no estuviera en circulación, es decir; el riesgo de los rebrotes sigue latente.