El Plan Cero Ocio impulsado por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele colabora con más obras
Antes, los reos ordenaban asesinatos y extorsiones desde las cárceles; ahora, los centros penales se han convertido en espacios de control, disciplina y donde a los internos se les da la oportunidad de aprender oficios varios que les ayudará a la reinserción en la sociedad.
Son unos 2,000 reos de la fase de confianza que forman parte del Plan Cero Ocio y que a diario se incorporan a las actividades que se distribuyen en 50 comisiones.
Una de las tareas en las que prestan su colaboración es la construcción del Proyecto Habitacional de San Bartolomé, Perulapía. Los privados de libertad colaboran con su mano de obra en trabajos de albañilería, instalación de techos, tuberías y el sistema eléctrico en las casas. Junto al Ministerio de Vivienda, los reos contribuyen para construir el sueño de muchas familias que necesitan un hogar.
Además, con el Plan Cero Ocio se ha logrado tener en buen estado las instalaciones del Instituto Salvadoreño de Bienestar Magisterial (ISBM). Nueve sedes ya fueron restauradas y actualmente, trabajan en el Policlínico de Sonsonate.
Un grupo de mujeres privadas de libertad, este fin de semana forma parte de los trabajos de tareas de construcción en el Hospital Santa Teresa de Zacatecoluca. Estas acciones contribuyen con su rehabilitación.
Así también, hay otra sección de privadas de libertad que participa en jornadas de ornato y limpieza en el Parque Acuático Amapulapa de San Vicente. El objetivo de esta actividad es brindar un área adecuada para el sano esparcimiento de los salvadoreños.
La comunidad reclusa ayuda a renovar los espacios de trabajo de los encargados de la seguridad pública en el país. Mediante el Plan Cero Ocio ya se han restaurado 80 infraestructuras de la Policía Nacional Civil (PNC).
De igual forma, se han sumado a las labores del Ministerio de Educación para renovar la infraestructura de los centros escolares públicos del país.
Bajo el nuevo sistema penitenciario se han creado las condiciones necesarias para lograr que el 100 % de los privados de libertad se discipline en actividades productivas.