En un mes y medio, El Salvador registra solamente tres casos activos de viruela símica y siete recuperados 

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos contabiliza 72,874 casos de viruela símica alrededor del mundo, desde que inició el brote en abril pasado. Precisamente, el país norteamericano es donde más contagios reporta con 27,096.

De la cantidad de casos que se registran a escala mundial, únicamente 10 corresponden a El Salvador. El primer caso de viruela símica en el país fue detectado el 30 de agosto de 2022. Una paciente de 28 años, la única mujer contagiada entre el grupo, el resto de los casos corresponde a hombres, de edades entre los 30 y 60 años.

El Gobierno del Presidente Nayib Bukele desde antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara en julio el brote de viruela del mono como una emergencia de salud pública de interés internacional, estableció los lineamientos a seguir para la detección y atención oportuna de los casos sospechosos y confirmados en el país.

“Desde antes que se confirmara el primer caso de viruela símica, preparamos a nuestro personal y de otras instituciones sobre esta enfermedad. Las capacitaciones fueron presenciales como virtuales”, expresó la viceministra de Operaciones en Salud, Karla Díaz.

Es gracias a esa preparación que los contagios en El Salvador se mantienen bajo control a un mes y medio de haber sido detectado el primer caso. Las 10 personas infectadas con la enfermedad se han ido recuperando sin presentar ningún tipo de complicación.

“Actualmente, hemos confirmado 10 casos de viruela símica. De estos, 7 pacientes ya se han recuperado y 3 están activos pero estables”, indicó la viceministra.

Como parte de estas acciones de prevención el Gobierno ha puesto a disposición de la población el número 132 del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) opción 4, para que ante la sospecha de padecer la enfermedad puedan recibir asistencia médica.

El Gobierno del Presidente Bukele continuará haciendo todo lo posible para salvaguardar la salud de la población salvadoreña ante la enfermedad de la viruela símica, así como lo sigue haciendo con la pandemia del COVID-19.