La población ahora sí ve sus impuestos convertidos en obras, en la gestión del Presidente Nayib Bukele

Los salvadoreños, cada vez que compran algún producto o contratan un servicio, aportan impuestos que luego se reinvierten para las necesidades del país.

Exfuncionarios del pasado robaron miles de millones de dólares a la población, al no usar los impuestos para el bienestar social.  Más bien, pagaron lujos para sus socios.

Con el Gobierno del Presidente Nayib Bukele, todo esto ha cambiado. “Las encuestas muestran que la gente está viendo que los impuestos que pagan sí regresan a ellos, a través de inversiones en educación, salud y seguridad. Están contentos, porque ven que las estrategias del Presidente Bukele funcionan”, dijo el titular del Ministerio de Hacienda (MH), Alejandro Zelaya.

Los exadministradores del fisco en los gobiernos de ARENA y el FMLN ponían como excusa que no podían reorganizar el presupuesto, que era muy “rígido”, pero todo era cuestión de voluntad política. Durante la gestión del Presidente Nayib Bukele se han diseñado dos presupuestos anuales, y en ambos casos, la inversión social ha sido superior al 43 % dentro de la distribución de fondos.

Desde que inició la gestión en 2019, hasta abril de este año, el Gobierno ha ejecutado con éxito $9,395 millones para los ramos de Educación, Salud, Justicia y Seguridad, Obras Públicas, Defensa y Agricultura.

Junto con la estrategia institucional para enfrentar la pandemia, está el Plan Control Territorial y la Guerra contra las Pandillas, atención a la Primera Infancia, la renovación de los hospitales, la renovación de las escuelas, entrega de computadoras, entrega de viviendas y escrituras, fomento a la producción agropecuaria nacional y obras como los periféricos, puentes o las de mitigación ante los riesgos. 

“Este es el primer Presidente que le genera un punto de inflexión al país”, destacó el titular del ramo de Hacienda. 

Entre el abandono del sistema educativo y la poca efectividad para combatir a las pandillas, los niños y jóvenes tenían pocas esperanzas para su futuro. Gracias a los esfuerzos de las instituciones actuales, ahora sí tienen posibilidades concretas y tangibles de que pueden mejorar sus condiciones de vida.

Esta dedicación al bienestar de la población le ha generado altos niveles de aprobación, de más del 80 %, en encuestas locales e internacionales. “La popularidad del Presidente no se ve mermada con el tiempo y los ataques. La gente está contenta, porque ve que están funcionando las estrategias”, dijo el ministro Zelaya.