Los privados de libertad que se encuentran en fase de confianza apoyan todos los días la remodelación de 20 centros hospitalarios en todo el país

El Gobierno del Presidente Nayib Bukele continúa realizando trabajos de remodelación en la red nacional de hospitales. A escala nacional, todos los días se intervienen 20 centros hospitalarios, con apoyo de privados de libertad en fase de confianza, quienes trabajan para crear espacios que beneficien a los pacientes que por décadas tuvieron que ser atendidos en condiciones precarias.

Uno de los centros asistenciales intervenidos con obras de restauración es el Hospital Médico Quirúrgico del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). En el lugar los reos realizan labores de construcción, instalación de tabla roca, limpieza y pintura general, entre otros.

También, en el Hospital Nacional Rosales las actividades de mantenimiento de infraestructura, pintura, estructuras metálicas y jardinería son efectuadas por privados de libertad calificados en diversos oficios. Al mismo tiempo, en las instalaciones del Hospital Nacional Zacamil, otro grupo de reos trabaja en tareas de remozamiento.

“A través del trabajo efectuado por privados de libertad en diferentes hospitales de nuestro país, esperamos aportar por la salud de los salvadoreños, trabajando bajo el principio de justicia restaurativa y de creación de oportunidades”, indicó el director general de Centros Penales, Osiris Luna.

Las diferentes actividades que se realizan en beneficio de la sociedad están enmarcadas en la ejecución del Plan Cero Ocio. Este plan permite que los programas de formación al interior de los centros penitenciarios, faciliten el desarrollo personal y social de las personas privadas de libertad, proporcionándoles actitudes, capacidades y valores para su reencuentro con la sociedad.

Además, como parte de las oportunidades que el Gobierno del Presidente Nayib Bukele está ofreciendo a los reos para su rehabilitación, El Salvador se convirtió recientemente en el primer país de América Latina en implementar la educación superior como parte del proceso de reinserción para los privados de libertad.

Todo esto confirma la apuesta por dar una segunda oportunidad a los privados de libertad, en sintonía con la responsabilidad gubernamental de dar a los salvadoreños que tuvieron un problema con la ley un espacio para su reinserción en la sociedad.