Observaciones presidenciales a Ley de Donación de Plasma en la pandemia son aprobadas por el Legislativo

El Presidente de la República, Nayib Bukele, hizo observaciones a la Ley de Fomento para la Donación de Plasma Sanguíneo de Pacientes Recuperados de COVID-19, que permiten endurecer las sanciones para quienes busquen lucrarse con este beneficio en tiempos de pandemia. Ante eso, ayer la Asamblea Legislativa dio luz verde a las recomendaciones del mandatario.

Con las observaciones del Presidente Bukele al decreto aprobado, se permite pasar de una multa de $100 a una máxima de $900, y de $200 a una de $1,000.

Entre las mejoras también está la anulación del trabajo de utilidad pública como sanción para los pacientes recuperados que intenten vender su plasma convaleciente, pues esto provocaría que las personas salgan a la calle para cumplir y habría exposición al virus y, por tanto, riesgo de contagio.

Otro de los cambios es que ya no será el Consejo Superior de Salud Pública la institución encargada de establecer las sanciones, sino el Ministerio de Salud como ente rector del Sistema Nacional Integrado de Salud.

La ley prohíbe, expresamente, solicitar o recibir cualquier tipo de gratificación, remuneración, dádiva en efectivo o en especie por el otorgamiento de plasma.

Las observaciones del Presidente Bukele fueron aprobadas por la mayoría de las bancadas legislativas representadas en la Asamblea Legislativa.

La extracción y donación de plasma sanguíneo de personas recuperadas de COVID-19 tiene por finalidad la administración de anticuerpos pasivos a través de transfusiones de plasma convaleciente, a fin de mejorar el pronóstico de los pacientes receptores en estado moderado, severo o crítico.

En vista de que no existe un medicamento en ningún país del mundo para poder curar a los pacientes en estados grave o críticos, la donación de plasma ha sido clave para muchas personas que ahora se han recuperado de la enfermedad.

Sin embargo, el mecanismo para evitar que haya más casos y muertes por coronavirus es una cuarentena domiciliaria estricta, que tiene como objetivo evitar que la gente se exponga al virus en las calles y reducir así la cadena de contagios de persona a persona, ahora que el virus está activo en todo el país.

El Gobierno del Presidente Bukele presentó a finales de junio una propuesta de decreto a la Asamblea Legislativa para que se declare un Régimen de Excepción que permita las herramientas jurídicas para una cuarenta controlada, pero los diputados de la Comisión Política no han sesionado desde el pasado 3 de junio, por lo que el tema sigue durmiendo el sueño de los justos.

Ante ello, una de las pocas herramientas con las que cuenta el Gobierno para seguir deteniendo el avance del virus es posponer la entrada en vigencia de la fase dos de la reapertura económica, pues contempla la activación del transporte público, lo que sería un foco de contagio masivo.