Presidente Nayib Bukele es confirmado como el mejor evaluado por su manejo de la pandemia, señala estudio de la encuestadora CID-Gallup
Estudios de opinión pública realizados por la encuestadora CID-Gallup en nueve países confirman que el Presidente Nayib Bukele es el que mejor ha manejado la emergencia sanitaria, de acuerdo con la evaluación positiva de la ciudadanía.
La casa encuestadora realizó entrevistas durante la segunda quincena de enero pasado, donde el mandatario obtuvo el 91 % de la aprobación de los salvadoreños. En tanto, el dominicano Luis Abinader, se ubica en el segundo lugar con el 67 % de aceptación en su país.
Los demás mandatarios evaluados están por debajo del 44 % de aprobación. Los otros países participantes son Panamá, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Perú Guatemala y, en último lugar, Ecuador. En los últimos cinco, un promedio de siete de cada 10 personas descalifica el trabajo de sus gobernantes.
De acuerdo con CID-Gallup, los estragos que ha dejado la pandemia en el mundo son un factor que dificulta a los gobiernos tener una buena imagen en el manejo de la emergencia sanitaria. Sin embargo, en el caso de El Salvador la población vio una respuesta efectiva del Gobierno desde antes de que llegara el virus al país.
También: Presidente Nayib Bukele es calificado por los salvadoreños con 8.9 de nota por su buen manejo de la pandemia, revela encuesta de la UFG
Esto también lo confirman otros sondeos como el de la encuestadora Mitofsky y lo han certificado varias entidades, entre ellas la Organización Mundial de la Salud y el instituto australiano Lowy, quienes manifestaron que el Gobierno hizo un manejo integral de la pandemia.
CID-Gallup señala que en varios países aún hay expectativas porque se realicen acciones relacionadas con mejoras en la red de salud, además de ayudas financieras para quienes resultaron afectados por la pandemia, algo que el Gobierno inició desde marzo de 2020 con la entrega de los $300, y en mayo con el inicio de la distribución de los paquetes alimentarios.
De igual forma, amortiguó el impacto negativo en la economía que significaba el cierre de la actividad económica para prevenir un incremento de casos y de muertes por COVID-19, para lo cual el Mandatario suspendió por tres meses los cobros de servicios básicos y ordenó a los bancos que hicieran lo mismo con las cuotas de préstamos y otros compromisos financieros.