En 143 días de régimen de excepción en El Salvador se contabilizan 50,000 pandilleros capturados

El Gobierno del Presidente Nayib Bukele está logrando lo que para muchas personas, y sectores, era imposible: parar el desangramiento originado por la agresión armada de los grupos criminales de pandilleros contra las familias salvadoreñas honradas.

 

La estrategia de seguridad pública que tiene como punta de lanza el Plan Control Territorial y el régimen de excepción son las armas implacables que están terminando con los pandilleros en el país.

 

Desde el 27 de marzo, de este año, que entró en vigor el régimen de excepción, a esta fecha, se contabiliza la captura de más de 50,000 pandilleros y sus cómplices. En las cárceles hay tantos pandilleros, en este momento, que podría llenarse un estadio de fútbol y todavía faltarían espacios.

 

Por ello es por lo que el Gobierno ha mandado a construir el Centro de Confinamiento del Terrorismo, un centro penitenciario con capacidad para 40,000 reos, en el departamento de San Vicente. La construcción es ejecutada con los más altos estándares de seguridad para evitar fugas o violentos ingresos.

 

La aprehensión de los pandilleros ha provocado simultáneamente la caída de todos los índices de delitos, incluso los de alto impacto, tales como los homicidios, extorsiones, robos, entre otros.

 

Con la implementación del Plan Control Territorial, que entró en vigor el 20 de junio de 2019, la estrategia de seguridad fue tomando forma. Cuatro de siete fases están en desarrollo y con el régimen de excepción han sido la receta perfecta para neutralizar el accionar de los criminales.

 

En este Gobierno se acumulan 176 días con cero homicidios; solo en la primera quincena de este mes se contabilizan 11 días sin asesinados, de continuar la tendencia podría ser el mes más seguro en la historia de El Salvador, remontando a julio pasado donde hubo 21 días con cero homicidios. “Falta poco para ganar la Guerra contra las pandillas”, resaltó el Mandatario durante un discurso.

 

El país más chiquito de Centroamérica, el que era conocido por ser el país más violento del mundo, ahora ha cambiado para ser el más seguro de América Latina, gracias a la exitosa estrategia de seguridad liderada por el Presidente Nayib Bukele.