Estrategia de seguridad mantiene baja sostenida de homicidios y encamina al país a ser el más seguro de América

La baja sostenida de los homicidios en el país ha logrado que en lo que va de septiembre no se registren homicidios, sumando 82 dentro del régimen de excepción y 190 en lo que va de la gestión del Presidente Nayib Bukele.

Estas cifras históricas de reducción de asesinatos encaminan a El Salvador a ser el país más seguro de todo el continente americano, ha destacado el Jefe de Estado.

“Septiembre cierra su tercer día. Los tres sin homicidios. Venimos de ser el país más peligroso del mundo y nos encaminamos a ser el más seguro de América. Gracias a Dios. Seguimos en la guerra contra las pandillas”, dijo mandatario, al resaltar que en lo que va del mes no se han registrado asesinatos.

El Presidente Bukele ha reiterado que esa efectividad en la estrategia de seguridad ha hecho que julio y agosto sean los más seguros en la historia del país, con 21 días sin homicidios cada uno.

Este año han experimentado bajas positivas notables en los homicidios los meses de abril, mayo, junio, julio y agosto, mientras que septiembre se encamina por el mismo rumbo, lo cual es bien visto por parte de la población, que ha sido víctima de los grupos criminales.

Lo que fue impensable para los salvadoreños, este Gobierno lo está logrando: un país en donde los homicidios sean mínimos y los que se cometan sean resueltos con prontitud, y llevar ante la justicia a los culpables.

“Ayer sábado 3 de septiembre, no se registró ningún homicidio en El Salvador. Con el Gobierno del Presidente Nayib Bukele nuestro país ya suma 190 días sin asesinatos”, destacó el director de Centros Penales, Osiris Luna, quien tiene la responsabilidad de mantener recluidos en las penitenciarías a los terroristas capturados mediante el régimen de excepción y el Plan Control Territorial.

El Gobierno del Presidente Bukele, con mucho sacrificio por parte de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Fuerza Armada, está construyendo un país seguro y en paz, algo que se negó por décadas a los salvadoreños por parte de los gobiernos anteriores.